Los militantes
políticos de los ‘70, son tan héroes como los de Malvinas, éstos querían
recuperar nuestras islas, aquellos, expulsar a nuestro propio ejército de
ocupación que tras asaltar al gobierno constitucional, nos había invadido para
entregar el país a la usura internacional, mientras secuestraba, torturaba y
asesinaba a sus propios compatriotas!...
En Italia y Francia, los Partisanos y los Maquis
dinamitaban y atacaban a los invasores nazis, lo mismo en Argelia, la
resistencia guerreaba a la ocupación francesa, en África a los Boers, en Kenia
Patrice Lumumba contra Bélgica, en Sudáfrica Mandela contra el Aphartei, sólo
por citar unos pocos ejemplos. Allí, todos los que combatieron por la
liberación de sus países son héroes nacionales. Aquí en Argentina, los
militantes populares que lucharon contra los militares que invadieron y
sojuzgaron su propio país… ¡son subversivos!!!
Pero felizmente, hay un gobierno que ha hecho de la
Memoria, la Verdad, la Justicia y el otorgamiento por primera vez de derechos a
las minorías, una más de sus políticas de inclusión social más contundentes.
Y precisamente por eso, los que azuzados por los
voceros de la corporación multimediática, divulgadores de la filosofía
amonedada propia del pensamiento de la oligarquía neoliberal, -que tiranizó al
país a lo largo de toda su historia- a la que sirven con su mediocridad enfática
desde su desmembramiento cultural, que deviene del colonato mental del peor
cipayismo, y que no les permite pensar como argentinos, porque su dependencia
intelectual es parte de la dependencia del país al que aspiran, son los
que diariamente enchalecan a desprevenidos lectores y televidentes… los que, azuzados digo, cuestionan
tendenciosamente el beneficio de la reciente ley que enviara el Gobierno y que
fuera promulgada por el Congreso nacional, que dispone una pensión vitalicia a
los ex presos políticos, como reconocimiento a la lucha para expulsar a nuestro
propio ejército invasor y su Terrorismo de Estado durante buena parte de la
década de plomo de los años setenta, alegando que quienes la llevaron a cabo,
lo hicieron con el único propósito de recibir después la correspondiente
recompensa, lo cual no hace más que demostrar la mala fe, o lo que es peor, la
ignorancia que todavía se tiene sobre esos acontecimientos determinantes en la
historia de nuestro país. Es decir, según su formateado criterio, todos
aquellos que sufrieron en carne propia las tremendas consecuencias del
secuestro, la desaparición forzosa, la tortura, -con sus dolorosas y
permanentes secuelas tanto físicas como psíquicas- y el asesinato de compañeros
de militancia, amigos y tantísimos otros que se jugaron por sus ideales y por
una Patria mucho más justa para todos, ofrendando sus vidas en pos de un sueño
colectivo que recién ahora y después de varios gobiernos democráticos empieza a
vislumbrarse, lo hicieron sólo como ahorristas de un crédito que la democracia
les iba a devolver en moneda contante y sonante.
Se equivocan, y proyectan en otros lo que ellos, en tal
situación hubieran hecho. Semejante pobreza conceptual, debe preocupar,
porque tras tantos años de libertad recuperada, continuar con tan mezquinos
criterios, demuestran que a pesar de la tragedia vivida… ¡No han aprendido
nada!... ¡Chocante miopía! Grosera falta de respeto a la memoria de los
miles de desaparecidos y a las inclaudicables convicciones que portamos muchos
de los que hoy vemos concretadas nuestras más caras ambiciones, en los
logros de este modelo popular y democrático.
A esa generación le sobraban ideas y utopías, por eso
después le sobraron muertos. De ahí que su militancia tiene tantos años
como cicatrices, tanta felicidad como lágrimas, tantas desilusiones como
renovadas esperanzas. Es parte de un proyecto que comenzó hace mucho
tiempo atrás y que fue encarcelado, desaparecido, torturado y asesinado
tantas veces como las que resucitó.
No soy yo el que se pone la corona de espinas ni mucho
menos la exhibiría como condecoración de guerra.
Pero gracias a los ex presos políticos hay condenados.
Gracias a que compañeras secuestradas vieron parir a otras se supo que fueron
madres y hay nietos recuperados… y se sigue buscando a los que faltan
encontrar… En definitiva, gracias a los testimonios desgarradores de los ex
detenidos-desaparecidos hay JUSTICIA!!!
Da pena ver cómo muchos equivocan sus análisis y cómo
intentan menoscabar la digna lucha por una libertad que hoy, a ellos mismos,
hasta les permite excretar sus falsedades y calumnias sin ningún impedimento.
Sí, como sus críticas al gobierno, hechas con el odio y el inocultable
rencor que les genera haber sido frustrados electores de fracasados gobiernos
en fuga. Tal postura los hace cómplices, socios de la atroz dictadura no menos
cívica y eclesiástica que militar, de las corporaciones mediáticas y de
los monopolios económicos de afuera y de adentro que siempre manejaron desde
las sombras la política y la economía de nuestro país.
Este alegato no es mera retórica. Es sí la bronca de que
aún haya muchos que se emocionan por aquellos reconocidos como héroes -que lo
tienen muy bien merecido por cierto- pero que, ante similares circunstancias,
desprecian y estigmatizan a los que se jugaron la vida para expulsar a los
milicos asesinos de su propio país…
Deberían separar el ruido de los conceptos, una cosa
es hablar de muerte…, otra, morir!
La memoria es inmortal y siempre vuelve . . . y este
presente de verdad y justicia reafirma cada vez más que, como dice la
canción: a pesar de los secuestros, los fusilamientos, los compañeros muertos…,
no nos han vencido!!!
Los represores y sus verdugos tenían el señorío del
destino de los secuestrados-desaparecidos. Creían que la fiesta era gratis, que
la sangre era ajena y a lo sumo salpicaría las botas de algún coronel. Que la
memoria arrojada desde los aviones, -Pentonaval mediante- se ahogaría en los
abismos del mar y en las miles de ignotas fosas comunes inencontrables. Todo estaba
militarmente planeado…, pero llegaron
los Kirchner!
Ni todo el oro del mundo podría pagar un sólo minuto
pasado en un aterrador campo de concentración.
Quién no estuvo adentro, nunca entró. Quien entró…, jamás terminó de salir!-
DelsioEvarGamboa
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