¡Sólo faltó José A.Primo de Rivera y Mariana Nannis!
Mientras
en Europa y EEUU, -donde impera la más
eficiente expresión del crimen económico organizado contra todos los países
pobres y contra los pobres de todos los países- multitudinarias
manifestaciones que son brutalmente reprimidas, siguen reclamando por los
ajustes salvajes, por trabajo, contra la desocupación y que se salve a la
gente, no a los bancos, y en Chile por educación gratuita y de calidad, y una
nueva constitución que reemplace a la de la dictadura, en Buenos Aires, el
pasado 13 de Setiembre con absoluta libertad, una gran cantidad de gente
perteneciente a la clase media pudiente y alta, azuzados por los medios
monopólicos que saturaron y colapsaron durante 15 días las casillas de mails y
las redes sociales de todo el país llamando a la rebelión, salió a protestar con
inaudito fanatismo contra el gobierno nacional. Las exigencias de los “caceroleros”, cubrían
necesidades tan básicas como el derecho a comprar dólares; veranear en Punta
del Este, el Caribe y/o Europa. La
“falta” de libertad; contra la “Dictadura K” y por la inseguridad, mixturado
con gruesas injurias y explícitos deseos de muerte a la Presidenta. Todo bajo la advocación de cruces svásticas y
excretado con atrabiliaria ferocidad en un espectáculo grotesco. Las comparaciones son odiosas pero . . .
Sus reclamos:“No somos libres de salir del país”. Falso, la salida de turistas al
exterior en este período se incrementó en un 25% con relación al anterior y
gastaron un 29% más. “La pobreza sigue igual, y se gastan
millones en propaganda política como fútbol para todos”. Falso, los informes de la CEPAL, -Organismo de las
Naciones Unidas- indican que la disminución de la pobreza es abrumadora. Ese flagelo que era del 63% en el
2001-2, el Estado con políticas de inclusión a través de la promoción de la
educación, la salud pública, el pleno empleo y la equidad, lo ha reducido al 13% según esa misma fuente. “La propaganda oficial” en Fútbol para Todos, es publicidad de
los actos de gobierno y tiene estatus constitucional. Algo que jamás da a conocer la corporación de medios monopólicos. “Desprecio
del federalismo e inequidad en la distribución de los recursos nacionales”. Falso, el 80% de la obra pública de todas las provincias las paga el Estado
nacional. También las jubilaciones
nacionales; Policía federal; FFAA;
Gendarmería; Justicia Federal; Universidades; Hospitales; Agencias; Registros;
Asig. por hijo; por embarazada; tres millones de netbooks; campañas de
prevención de enfermedades y salud reproductiva, subsidios al Agro;
coparticipación del 30% de las retenciones a la Soja.
etc. etc.“Paralización de la
inversión en infraestructura y servicios públicos” Falso, la Autopista Córdoba-Rosario,
paralizada más de 40 años en Pilar,
se concluyó rápidamente. Igual que Yaciretá; el Gasoducto transmagallánico de 36
kmts bajo el mar; la línea de Alta
Tensión Nea-Noa; 1200 escuelas; 800
mil viviendas; Red de desagües
cloacales; gas natural y agua corriente.
Plan de 400 mil viviendas Procrear en todo el país; la TV digital gratuita y una lista
infinita de obras y beneficios que desmienten esas falsedades.
“No hay libertad, esto
es una dictadura”. Falso, la
libertad que se goza no tiene parangón en la historia del país. Las tapas de
Clarín, La Nación
o la última de Perfil con la caricatura de una “gestualidad orgásmica” de la Presidenta, así lo
confirman. Gritar que “esto es una
dictadura” en un país devastado por dictaduras es de una ignorancia supina, un
odio visceral y una grosera falta de respeto a los miles de desaparecidos.
“Este es el país más inseguro del mundo, con los milicos
había más seguridad”. Falso, esa sensación la produce el exceso de TN donde a un muerto lo
matan 100 veces por día. Después salen a la calle y ven un asesino en
cada uno que se cruza. Desásnense con la CEPAL: Argentina, Uruguay y Chile están
entre los países más seguros del mundo, al mismo nivel de los países nórdicos. A la vez, les recuerdo que quienes les daban “esa
seguridad” están condenados por secuestros, torturas y crímenes
de Lesa Humanidad. Qué proponen, ¿otro genocidio?
Sus furiosas consignas y sus insultos rabiosos -retazos de
tapas de Clarín, La Nación
y Perfil-, son una clara apología
del la violencia. Se desgañitaban
acusando al gobierno de autoritario, a la vez que con pancartas con la cruz
gamada exigían el retorno de la dictadura .
. . Son del 24 de Marzo, el resto,
del 17 de Octubre . . .
¿Acaso sus enajenadas expresiones son
censuradas por el gobierno? ¿Hay algún periodista o político o alguien preso por
sus ideas? ¿No es libre la prensa monopólica de tergiversar y manipular a su
antojo imágenes denigratorias y procaces -como se vio en la revista Noticias-
en periódicos, radios y televisión?
Esta gente de tan levantisca indignación
¿se acordará que en el 2001 el país estalló y no de alegría precisamente? ¿Qué
a los miles que protestaban por hambre, De la Rúa y Mestre los reprimieron y quedó un tendal de
muertos? ¿que el “Chupete” -inepto para todo menos para la maldad- se escapó en
el helicóptero blanco? Pasaron diez años y parece que muchos aún no logran salir de
sus sarcófagos mentales.
De haber seguido el país en manos de los
que lo desguazaron y que son los mismos que hoy les jibarizan la cabeza, esta
clase media privilegiada y cholula no dispondría del estatus económico y social
que hoy goza y se estaría comiendo el feroz ajuste que destruye a los países de
Europa.
Sus furiosos reclamos
son de una inconsistencia y una frivolidad tal, que dan vergüenza ajena, propia
y de género. Como diría el “Negro” Campodónico: “Gente grande, tendrían que informarse un poquito mejor para no quedar
tan en ridículo.”
Estamos viviendo una situación trascendental, la de ser
protagonistas de un gran proceso histórico de reconstrucción de la democracia,
vigencia plena de los derechos humanos y resignificación de la soberanía y la
nacionalidad. Pero, como bien hemos
visto, lo esencial es invisible a los ojos de los que se informan con TN,
Clarín y La Nación.
Porque para ellos, lo que existe
pero le ocultan, bien podría no existir.
No importa que su relato sea un sofisma. Pero por el sólo hecho de presentarlo
como verdad, el ciudadano soporta la alienación
a la que lo someten las 24 horas.
Mientras, la falange tilinga está
preparando otra muestra de percusión teflonera quizá con más asistentes, o con
menos. Tal vez la protesta cobre
renovados bríos cívicos con el reclamo por el procesamiento por espionaje a
notorios periodistas de los medios hegemónicos, o por la cercanía de la fecha
de caducidad para el mayor grupo mediático de nuestro país. Seguirán siendo vasallos del rey monopólico
que ve próximo el fin de su supremacía en la manipulación del sentido común.
Salvo que se decida abandonar la pelea, antes del último round . . .
Por
supuesto que van a llevar como bandera la defensa de la “libertad de
expresión”, una de las más remanidas falacias de la corporación monopólica. Clarín es un violador serial de la soberanía
informativa de nuestra patria. Y como ve amenazada su impunidad,
redobla sus esfuerzos para alimentar la crispación de los que no ven más allá
de su presbicia. La operación de
prensa contra la
Cadena Nacional montada con sus satélites, amanuenses y lacayos de obediencia obligada,
tuvo la “virtud” de convertir en arbitrariedad lo que es perfectamente legal. Y desde la manipulación y el resentimiento, esta minoría “indignada”
embiste contra la voluntad de las mayorías que deben respetar sus
derechos, pero no sus exabruptos.
Quien reclama al Gobierno que “escuche el mensaje” de las
ollas aporreadas en las esquinas más paquetas, lo hace desde una lectura
parcial e interesada de los hechos, y no como observador objetivo de la
realidad.
Como
bien dice Mempo Giardinelli, “No se le
puede dar dimensiones nacionales a todo lo que sucede en un distrito
históricamente remiso a las continuidades democráticas. ¿O hay que recordarle
al país que todos los golpes de Estado se gestaron y produjeron en Buenos
Aires? Todos los fragotes, todas las protestas elitistas, todas las
inestabilidades destituyentes y todos los festejos ligeros fueron y son allí.
Como si llenar u ocupar la Plaza
de Mayo fuese una gesta representativa de la voluntad de la nación argentina.
No lo es.”
Detrás
de las cacerolas se escudan los peores exponentes de un segmento social
racista, xenófobo y figurón, que ostenta una cultura groseramente divorciada de
lo solidario, lo espiritual y lo humano.
Ahora
bien, así como lo tuvo que hacer Microsoft, en poco tiempo comenzará la
readecuación que debe llevar a cabo el grupo Clarín. El 7 de diciembre la Justicia le aplicará el artículo 161 de la
ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. A partir de ese día, el
rey león se volverá un león herbívoro, por lo que su capacidad de daño mermará
ostensiblemente. Por supuesto, antes tendrá tiempo para vaciar la misilera
contra la sociedad. Pero el
principio del fin está cerca. Será el momento en que exhalará el póstumo
estertor de su reinado monopólico.
Que
su odio no nos quite el sueño. Si al
fin y al cabo, el odio no es más que la impotencia de un cobarde intimidado . . .
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