miércoles, 24 de noviembre de 2010

Simplemente hacer lo correcto - por Jorge Carriazo

Finalizada la charla y debate sobre la “Ley de Servicios Audiovisuales”, que se realizó en Santa Rosa de Calamuchita, ante la numerosa presencia de público que dialogó, consultó y opinó, hay dudas que se van despejando:
El apoyo al modelo de gobierno nacional es mayor que hace un año, es incondicional, y a la vez decidido.
La noción sobre dónde estamos parado, hacia dónde queremos ir y hacia dónde vamos, es cada vez más visible y compartida.
Con la complicidad del grupo “Conciencia Popular Calamuchita, el cual integran ciudadanos de diversas corrientes ideológicas y políticas, y con la adhesión y apoyo de muchos otros desde diferentes puntos de la provincia y del país, se va buscando (con recetas propias a cada región)  lograr la difusión del mensaje.
Aunque algunos de los principales actores de la política y de los medios locales y regionales traten de minimizar de algún modo la militancia que poseen estos grupos, se sorprenden con cada uno de los eventos realizados.
El viernes, Sergio Tagle, hoy periodista de Radio Nacional Córdoba, pero un incansable militante social, asistente seguramente, a más de una reunión de esta índole, comentaba con admiración la satisfacción por presentarse ante un auditorio ávido de respuestas y lleno de información.
La participación apasionada y desinteresada de los asistentes, es una muestra más de la creciente práctica política que hoy, gracias a quiénes componen este gobierno y que propusieron el modelo nacional y popular se proyecta y desarrolla en todo el país.
Desde los ámbitos más escépticos, dudando sobre la fuerza de convocatoria que generan estos espacios políticos por fuera de los partidos, quieren ocultarlos con estrategias dudosas y antidemocráticas, e intervienen en la escasa difusión que arbitrariamente deciden los medios amigos, no advirtiendo la repercusión posterior que se manifiesta en cada localidad.
Los comentarios críticos de aliento, desde lugares identificados con la propuesta, y los críticos con mal intención, desde determinados espacios con intereses políticos concretos, ya sea a través de sus interlocutores o por los medios adictos al poder, no hacen más que alentar la labor que estos grupos desarrollan.
Probablemente muchos de los que hoy se encuentran en este camino de la militancia política y social, asistiendo a charlas, debates o conferencias, que continúan exponiendo en los grandes medios o en pequeñas localidades o pueblos, sin percibir retribución monetaria alguna, no hayan disfrutado de todas las oportunidades durante su formación personal, profesional y humana y aunque ahora la vida los encuentre en otra posición económica y social, los lleva adelante la convicción, la honestidad y la satisfacción máxima de otorgarles las mismas oportunidades de que ese futuro le llegue a muchos más que sus propios hijos.
Simplemente hacer lo correcto.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El agua y el aceite. por Jorge Carriazo

Luego de la triste, dolorosa e inesperada pérdida de uno de los líderes de este movimiento que acompaña al proyecto nacional y popular, surgieron muchas  especulaciones, está claro, políticas.
Desde diversos sectores políticos, artísticos, empresariales, se vislumbraron muestras de sensibilidad, cariño, y hasta humanidad, pero no todas con sinceridad.
A algunos les pueden parecer honestas, ciertas muestras públicas, sin conocer, o sin entender su impronta, o la procedencia y la vinculación de los presentes o sus interlocutores.
Todo esto puede parecer parte de actitudes de protocolo, de respeto, o de simple educación, todo muy loable, pero lo que deberíamos preguntarnos ¿Sirve para un futuro?, o es una muestra más de la hipocresía a la que nos tienen acostumbrados.
Si somos muchos los que con desconfianza consideramos que estas actitudes, no forman parte de las demostraciones de agradecimiento  -como la que dio el pueblo en la plaza-, de profunda admiración –como la que le brindaron la mayoría de los presidentes Latinoamericanos-, o de homenaje para quien dio su vida, literalmente, por sus ideales, sólo es otra muestra de exposición ante un evento masivo manifiesto para con sus intereses, entonces ¿Por qué debemos considerarlo como positivo?
La actuación de Cobos, Duhalde, Macri, De Narváez, entre otros, mostrándose en público o difundiendo su palabras de hipocresía por los distintos medios, son en esencia diferentes a la de Carrió, que se limitó a callar -con una segura sonrisa interna-, o Stolbizer, Feimann, Grondona, que en sus sinceras expresiones demuestra una vez más la ambición de querer gobernar sin el mandato popular de las urnas, considerando –como en el caso de Stolbizer-, unilateralmente una coalición de gobierno como escapatoria ante una especulativa debilidad, a un año de la finalización del mandato de la presidenta.
En nuestra provincia de Córdoba, ¿Podemos considerar el apoyo de Scharetti en la Casa Rosada o en la fabrica Renault como sincera?
La presencia de DeLaSota, ¿Significa un cambio en su postura ideológica?
¿Cómo se explica el agravio silencioso, sufrido por Acastello y su gente en este mismo acto del 2 de noviembre, siendo que es uno de los pocos que constantemente apoyan al gobierno de Cristina, desde la provincia?
Los hechos demuestran que nada de esto puede ser verdad y que sólo es una parte mas de las estrategias de la vieja política para conseguir mantenerse en el poder, como desde hace más de 10 años, y seguir gobernando a pesar del descrédito popular, que ayer se escribió con abucheos hacia la figura del actual gobernador, y del ex –que quiere ser candidato-.
No es posible contemplar que en la provincia de Córdoba, de la mano de Scharetti, con De la Sota y Carbonetti del mismo lado pueda producirse un cambio eficaz orientado en otros conceptos ideológicos, sociales y humanos, que no son los que ellos manejan.
No puede ser siquiera imaginado que las políticas que privatizaron el Banco Social, y que quisieron hacerlo con EPEC y el Banco Provincia, puedan socializar algo -dicho esto en augurio de la probable creación de cooperativas de trabajo, bancos para préstamos sociales, o leyes de ordenamiento territorial rural (sic).
¿Cabe en algún lugar del cerebro que puedan adherir a este proyecto nacional de inclusión social?
Ellos son e hicieron algo…
*Aprobaron en la Legislatura la nueva Ley de Bosques (quedaran la mitad de los bosques que hoy siguen en pie en la provincia).
*Instalaron los vertederos (basurales) regionales sin el consentimiento de las *localidades afectadas, desoyendo todos los estudios ambientales.
*Presentaron el proyecto para una nueva Ley de Educación (cuasi privatizada).
*Aprobaron el despropósito de Minería a cielo abierto (violando la ley del 2008 que la prohibía).
*No cumplen con la Ley y no poseen ninguna intención de terminar con las   fumigaciones con químicos altamente tóxicos.
No es siquiera aceptable, si tomamos como ejemplo las últimas políticas impositivas desarrolladas por Unión por Córdoba, como es la rebaja del impuesto inmobiliario rural o ingresos brutos (contemplado para quienes más ganan en la provincia y el país), y la que viene en camino, como lo es el aumento inmobiliario urbano, perjudicando a los trabajadores.
Es posible contemplar este brusco cambio de dirección hacia nuevas políticas de justicia social, cuando existen Hospitales Regionales, como lo es el de Santa Rosa de Calamuchita,  que  a pesar de ser el único medio de atención para varias localidades, y más en época de vacaciones, no posee sala de terapia intensiva (primordial para salvar vidas), o anestesistas, y que se sostienen gracias a una cooperadora que recauda para el mantenimiento del edificio, o la propia comunidad que colecta donaciones de material descartable o instrumental medico. 
¿Es factible que se elabore otro plan de gobierno, basándonos en la procedencia de sus intérpretes –la mayoría de ellos vinculados con la patria de Menem y Cavallo-?
Se puede pensar, o soñar con otra política económica, destinada a la clase trabajadora o a pequeños, medianos empresarios y comerciantes, cuando se gasta tanto dinero en publicidad, ayuda a los productores agropecuarios, o a las grandes empresas (como los subsidios a los CallCenters o a la misma Renault). 
Hasta estos días, Córdoba, durante la gestión de Juan Scharetti, no se han planeado obras, ni acciones emparentadas, aunque menos, con las que lleva a cabo a diario el gobierno nacional.
Los planes federales de viviendas I y II, el Banco de la Buena Fe, el Plan Materno Infantil, la creación de cooperativas de trabajo, los subsidios entregados para obras de infraestructura- escuelas, pavimento, rutas, agua, gas, cloacas-, Plan Nacional para la entrega de computadoras, Monotributo Social, programas del ANSES que benefician a millones, se desarrollaron en forma eficiente, y aunque en algunas localidades encubiertas con malicia, o irregularidades, por la ineptitud de sus intendentes o jefes comunales, estos siguen una línea de trabajo proyectada a la igualdad social sostenida desde la Nación y sus aliados, pero que no tienen semejanza en la mayoría de los gobiernos de Unión por Córdoba.
Aunque desde sus interlocutores, la prensa complaciente, y sus discursos sociales expresivos, emocionales, y acomodaticios, nos quieran vender con sus propagandas exageradas y costosas, sus fiestas o comilonas populares gratuitas, el agua clara, impura e insípida, todos conocemos      -aun más en estos tiempos-, el color, olor y sabor del aceite sospechoso, viejo o inservible que nos puede hacer daño.

MIS REFLEXIONES Por Rosa Ester Blunno

Lo que pasó en estos días me hizo reflexionar sobre un tema que, aunque hace tiempo tengo en la cabeza, me es difícil, en seco, ponerle palabras y conceptos para transmitirlo.
CULTURA: Como concepto la visualicé desde distintos ángulos  y la estudié, analicé y sentí desde disciplinas varias, teniendo diferentes formas y fondos para reconocerla y abarcarla.
CULTURA: Sabemos que es todo lo realizado por el hombre, sus creaciones materiales y espirituales, que abarcan desde un edificio hasta un pensamiento.
CULTURA: Es también creación colectiva, social, que existe en un espacio y un tiempo y que se modifica dialécticamente con nuevas acciones o ideas.
Mis reflexiones están influenciadas por el campo al que pertenezco:  las artes, y a través de ellas, la educación, la docencia, la transmisión de..., y más específicamente, la APRECIACIÓN.
¿Qué es lo que se aprecia y quiénes lo aprecian?
Lo que se aprecia son las actividades humanas denominadas artísticas, que son el resultado de procesos de relaciones múltiples e interdisciplinarias con procesos de manejo, uso y conocimiento de distintos lenguajes expresivos y sus respectivos productos.
Y quienes aprecian aquí: los alumnos, niños, adolescentes y adultos.
¿Cuáles serían mis objetivos, para que esos alumnos apreciaran?
Un  mayor respeto por, y valoración de, las culturas diferentes a las nuestras.
Un conocimiento de la cultura nacional, institucional, popular, imperialista, globalizada, etc.
Formar un sentido de identidad individual y de pertenencia a una comunidad, región, etc. Porque al ser una actividad social, surge como una respuesta a las dificultades o estímulos que le plantea al individuo su entorno, es decir que la percepción de la realidad no es pasiva, y nos lleva a una simbolización que profundiza la comunicación humana.
Todo ese trabajo de hacer que aprecien, siempre fue arduo, porque se podía lograr con muy pocas personas; es un trabajo de hormigas.
Debido a la forma de enfocar y llevar adelante mis trabajos, viví dos momentos muy distintos a lo largo de mi docencia, ambos muy importantes.
El primero duró 20 años con una actividad cultural intensa, donde mis objetivos eran ampliar el mundo del niño y joven por medio de la observación, expresión y visualización de cosas, momentos, seres distintos;  muchas veces hermosos, puros, limpios, para contrarrestar el otro mundo, también real, pero más difícil y duro.
Mi formación profesional tenía un concepto restringido del término cultura referido a una cultura occidental, destacada a través de los siglos, que marcaba influencias, modelos y convenciones al resto del mundo; y era eminentemente europea.
Ese trabajo de 20 años la fue modificando hacia el conocimiento, aceptación e identificación de culturas americanas y argentinas, a tal grado de tener la necesidad de que mis alumnos la vivenciaran y sintieran como suyas.
El segundo momento duró 15 años, cambio de rumbo, de tiempo y de espacio. En muchas cosas  tuve que empezar de nuevo, ya que nunca había sido un docente rural; cambié de forma pero no de objetivos; lo social era distinto; el tiempo para alcanzar conceptos también, pero todavía tenía la necesidad de que se visualizara un mundo dentro de otro mundo, que se apreciara la belleza, la simpleza, la nobleza, como la tierra, el paisaje, y más aún, habiéndome metido en la cultura campestre y lo que queda del gaucho.
Pero a medida que caminaba me topaba, día a día, con otra realidad distinta de la que yo observaba. Había dos realidades: una real, otra virtual; llegué a confundirme, hasta que me dí cuenta que esa realidad que me dolía estaba allí y era como la descripta por ROA BASTOS cuando hablaba, hace mucho tiempo, de los PRODUCTOS  CULTURALES;  pero nunca los había visto tan de cerca, nunca me imaginé poder ver el efecto de ese poder imperialista, globalizado y eminentemente económico, e instalado cómodamente en la mayoría de los medios masivos de comunicación.
Observaba como día a día la gente se iba acostumbrando y aceptando una televisión mas pobre, una radio mas chismosa; como se iba degradando la cultura popular en “light” (que siempre escuchamos “lait”), acompañada de una música para divertirse, y se acostumbraban y aceptaban todo, año tras año. Y ese poder fue des-haciendo la cultura popular y nacional, mezclándolas con otra, dando como resultado algo híbrido, insulso, opaco,  pero sobre todo, burdo, delirante y denigrante.
Yo lo visualizaba pero no me animaba a gritarlo; tanto la radio como la televisión y los diarios y revistas se estaban comiendo el respeto y la valoración  de nuestra cultura y estaban degradando la cultura toda burlándose, y tomando cualquier tema u personaje para la risa. Eso se daba porque nos hacían ver y oír solo lo que sus limitadas y estáticas mentes querían, o lo que los planes de las corporaciones económicas exigían.
El otro día cuando ví a esa gente en la calle expresando su dolor, vi que eran gente común, profesionales, obreros, pero sobre todo jóvenes, sentí que algo estaba cambiando. Cuando observé también a nuestros mejores representantes, de una cultura artística  con mayúsculas, actores, actrices, cantantes, compositores, cineastas, filósofos, expresarse y contar momentos sentidos y analizados en los hechos, supe que no estaba sola,  que como educador y artista tenia que decir bien alto  que sigo sintiendo, como tanta gente, la necesidad de visualizar un mundo distinto, real,  donde la apreciación tenga cabida,  porque de ella saldrá la expresión, la sensibilidad, la comprensión de una realidad que necesita una profundización en su identidad cultural.
Saldrá la creatividad de jóvenes y niños sin copias, sin colores grises, blancos y negros. Saldrá con imágenes y sonidos nuevos, con colores nuevos y claros, en un tiempo y un espacio distinto.
Hace poco vi una película china llamada “Las Cenizas del Tiempo” y sintiendo nuestra problemática, me preguntaba: ¿el tiempo muere? ¿el tiempo tiene cenizas?  NO,  el tiempo hoy en Argentina tiene un nuevo modelo de país,  en el cual se dá cabida a lo cultural, a lo auténticamente popular, donde ya no se cree ni en el miedo ni en el castigo sino en la justicia y el trabajo.
Donde de a poco irán apareciendo espacios nuevos, claros, sin mentiras, que darán la oportunidad a niños y adolescentes, de realizar expresiones multilenguaje; porque, ahora, tienen cosas que contar, cosas que hacer, sentir, vislumbrar y comprender; un mundo dentro de otro mundo, realizado por y para todos.
Por eso quise contarles lo que siento; a lo mejor es lo que ustedes sienten, y así somos varios los que como la gota en la piedra, como el camino al andar, ahondamos este resurgimiento cultural argentino y americano, nuestro, por primera vez en mucho tiempo.

En La Turquesita, Villa Amancay, octubre de 2010.