viernes, 27 de septiembre de 2013

Las PASO . . . dar por el pito, más de lo que el pito vale . . . Por Delsio Evar Gamboa



     En realidad la Argentina ya existía antes de los Kirchner, es cierto, pero . . . cómo la mejoraron!!!
                        


                                          
El magro pero triunfante resultado de las elecciones primarias han sido un traspié para el gobierno, sin ninguna duda. Pero, aunque el monopolio multimediático no lo diga, el FPV ha ganado con contundencia a nivel nacional por más de un millón y medio de votos, lo que no es un dato menor precisamente. Afianzarse como primera fuerza a nivel nacional es un logro de enorme valía, nada menos que después de diez años de gobierno y más allá de algunas materias aún pendientes. Para peor, con una dirigencia opositora y un bombardeo mediático, proclamando las 24 hs sin darse pausa, su  grosera expresión de deseo de que se asiste a un “fin de ciclo” irremediable. En ese contubernio político-mediático no se percibe más que una rejuntada mezcla de individualismos que no van más allá del oportunismo electoral y que en última instancia sólo son mandaderos de los intereses del establishment financiero, empresario, judicial y mediático.
Tras unos días de entendible bajón, la mente debe focalizar su función para analizar lo sucedido y planear lo que se viene. Claro, se esperaba una cosecha mejor, pero el rinde fue visiblemente menor a lo previsto. Tal vez haya sido un chiste para envalentonar a la derecha heredera del salvaje unitarismo decimonónico, o acrecentar el ego de los operadores periodísticos de los medios corporativos que se han convertido en televisivos locales partidarios de una oposición que sigue bailando el baile de la escoba, y desde donde los periodistas “independientes”, diariamente regurgitan su desprecio y enchalecan a desprevenidos televidentes de memoria marchita y lavable y de claudicante sumisión intelectual.
Si es así, todo bien. Total, esto puede considerarse como un ensayo para una actuación como corresponde y el caso amerita en Octubre. Ahora, si no es un chiste, hay que encontrar explicaciones para comprender por qué en esta evaluación las cifras quedaron cortas. Antes de avanzar es necesario aclarar que, aún repitiendo esta producción, el kirchnerismo -mal que le pese a los agoreros- no quedará en desventaja en el Congreso, incluso puede que mejore el número de legisladores. Pero no es ése el apoyo que merece un proyecto que viene transformando como nunca antes a nuestro querido país. Sobre todo cuando desde los frentes opositores las propuestas no explicitadas parecen sugerir una bandera blanca -o una alfombra roja- tendida hacia los personeros del Poder en las sombras, propio de las mafias. Y ya sabemos lo que eso significa: un triste adiós a la mayoría de las conquistas de esta década ganada.
¿Qué ocurrió entonces? . . . De acuerdo a la experiencia histórica y aun cuando el infierno del 2001-02 esté bastante cercano, los grandes logros son tomados con la naturalidad conque se abre la canilla y sale agua. Pensar que los choricitos de Binner, la  ancha  avenida de Massa o el  sapucay del “Minga” De Angeli resultaron argumentos más convincentes que las políticas más que positivas del gobierno, no es un mérito del que puedan enorgullecerse muchos de sus votantes. Considerar el problema sólo a la luz de la supremacía de la garganta poderosa de los medios, nos deja inexorablemente indefensos. De ser así, la manipulación de lo virtual derrotaría sin más al mundo real y entonces, estamos en el horno.
No obstante, tal vez el problema pasa por reducir la contienda a un solo escenario: la provincia de Buenos Aires y la Capital. Argentina es mucho más que ese 38% de población tan expuesta a la artillería mediática y a la ciclotimia crónica.
No obstante, algo pasó con algunos gobernadores aliados y en la intimidad de algunas provincias donde “la cosa no está muy confusa”, como diría un viejo amigo. Sólo diez distritos acompañaron a los candidatos oficialistas. Tal vez, en el fuero íntimo, nos sentimos complacidos al comprobar que Mauricio Macri baila cada vez peor, al igual que su gestión, pero con un entusiasmo digno de mejor causa a pesar de su victoria pírrica, que Massa hable triunfante de semillas y arbolitos. O -de puro masoquistas- disfrutar cuando un bufón mediático osa condicionar y amenazar a La Presidenta y habla de una transición que sólo existe en su mercenaria mente. Por otro lado ¿Cómo se explica que un candidato “socialista” que admira al Capriles venezolano haya obtenido más del 40% de los votos en Santa Fe con sólo mirar fijo a la cámara sin ofrecer más que su lentitud letárgica? ¿O que aquí en Córdoba se le haya dado jerarquía de político a quién sólo tiene por capital un pito y su apodo de “La coneja”? . . . ¿No habrán dado por el pito, más de lo que el pito vale?
Si bien es un evidente avance de la antipolítica, queda claro que nada es definitivo. No olvidar que desde la recuperación de la Democracia, a los oficialismos, -salvo honrosas excepciones- nunca les ha ido bien en las elecciones de medio término. Por lo que, en lo que falta para Octubre habrá que realizar ajustes en algunas líneas de campaña y redoblar esfuerzos para convencer a los indecisos. Aunque no es agradable comprobar que las falacias  mediáticas se imponen sobre la única verdad que es la realidad. Y más aún cuando esta realidad se sostiene con datos irrebatibles. Irrita reconocer que los dardos del obsceno denuncismo serial y las mieles del honestismo abstracto pudieron hacer mella en el colectivo social. Cualquiera se siente tentado si le prometen un país idílico con buenos sueldos, sin impuestos ni inflación, sin crispar ni confrontar, donde todos sonrían y se amen. Un Edén terrenal donde todo funcione maravillosamente sin demasiados esfuerzos y nada se rompa ni choque ni explote. Palabras dulces al paladar pero que encierran oscuras intenciones. A esa película de terror ya la vimos y todavía nos dura el julepe.
Se votó a los que nunca asisten al Congreso. ¿No se enteraron o no les importa que para ellos la democracia se practica en los estudios televisivos y no en la Legislatura?. ¿No es irresponsable votar a quienes están procesados por la justicia y se valen del privilegio de los fueros para seguir impunes como ocurre aquí en Córdoba?
El resultado de las PASO deja un sabor amargo al reconocer que el establishment está ganando terreno. Pero lo que endulza es confirmar que Cristina no abandonará su rol de Estadista. Al contrario, decidió redoblar la apuesta. En un discurso encendido, tres días después de las primarias abiertas, con su habitual despliegue lúcido e irónico de sutiles entrelíneas y frases de doble lectura, la Presidenta propuso dar el debate de fondo y sentarse a la mesa a discutir las políticas económicas y el modelo de país “con los verdaderos dueños de la pelota”: los bancos, la industria, la producción, el movimiento obrero organizado”. En su mensaje, la mandataria fue muy dura con los dirigentes de partidos opositores, a quienes describió como “representantes o gerentes” de los intereses que medran desde las sombras.
Y como le es propio, fue por más: elevó el piso de Ganancias a 15 mil pesos y aumentó Asignaciones por hijo y Jubilaciones. Pero para profundizar habrá que asumir conflictos. Y los que le exigen perfección en todo lo que hace el gobierno, deberían saber que un proyecto de país jamás será perfecto porque está siempre en permanente construcción. Y eso requiere un Estado como agente tutelar regulando las relaciones en su rol protagónico y recuperador de los recursos estratégicos para poder transferirlos después a la sociedad. Mal que les pese a los que quieren “achicar el Estado para agrandar el país” . . . Otra de terror que también ya la vimos.
Como se ha demostrado a lo largo de esta década, cada conquista cuesta un Perú. Y como nuestra historia lo confirma, cuando las minorías elitistas le echan mano al poder, ponen el derecho que da la fuerza por sobre la fuerza que da el derecho, y de un plumazo, sin disculpas, ni anestesia y sin pudor, someten al resto a la peor miseria. Si retrocedemos un paso, estamos perdidos. Ya se sabe que la política es como el truco . . . ganan los que han sabido obtener más porotos. Las cartas están echadas y ya no hay “juego chico”. Por más agresiones, insultos e infamias que se les ocurra, ya ha llegado el tiempo de las caretas caídas y están quedando desnudos hasta los tobillos y patéticamente a los gritos, con lo único que saben hacer: exacerbar las pasiones de aquellos que han sido envenenados por la toxicidad mediática de las corporaciones.
Pero . . . como en el clásico juego del espejo invertido, arteramente atribuyen al gobierno el pensamiento dictatorial, cuando son ellos quienes lo sustentan.
Y uno, que sabe que la lucha es cruel y es mucha, lucha y se desangra por la fe que lo empecina.
Acaso por eso, estas opiniones merezcan custodiarse entre cautelosos paréntesis, aunque no por ello debieran dejar de ser atendibles. No pretenden ser un pronóstico, a lo sumo, un diagnóstico.
En última instancia, serían asertos que pueden ser políticamente incorrectos, pero la memoria se porta muy bien cuando recuerda cómo nos fue con la corrección política. Remember?
Haber, hay dos proyectos de país diametralmente opuestos: uno el que nos mandó al infierno en el 2001 y el otro el que nos sacó. Al que le guste la carne a la llama ya sabe dónde anotarse.  El que no entiende esto, no entiende nada.  Así que en Octubre. . . ¡Recalculando señores!!!
                                                                                                                                                            Delsio Evar Gamboa

sábado, 21 de septiembre de 2013

No dejar la gratitud en la puerta del cuarto oscuro . . .-Por Delsio Evar Gamboa



La política en tiempos de la desmemoria: de 1991 a 2002 el Estado, los bancos y la usura les remataron 300 mil campos a medianos y pequeños chacareros. De 2003 a la fecha . . . ni una sola hectárea. No se le arrebató los ahorros a nadie y jamás se reprimió! . . .



Inauguración de obras de ampliación de la planta láctea SanCor en ChivilcoyUna encuesta de alcance nacional realizada por el consultor Manuel Mora y Araujo revela que el 61% de los argentinos aprueba los diez años de gestión del gobierno nacional. Un 30% más de los sufragios que sacó en las PASO. ¿Puede haber alguien que no comprenda que para ser consecuente con esa aprobación debe manifestarse con el voto? Tal vez fue la crispación por no poder comprar verdes para esconder en alguna bóveda que abra para adentro como la del show grotesco de Lanata. Pensar que en el 2001-02 les quitaron los dólares ahorrados y ahora cacerolean vomitando odio por no poder acaparar más, lo que significa que están mucho mejor que antes. No cabe preguntarles como a los chicos cuando reciben un regalo: ¿Qué se dice? . . .
De no creer, si en la Capital, de acuerdo a esa consultora, el Modelo nacional tiene una aprobación del 56%. ¿Por qué los porteños seguirán votando al desgobierno del procesado Mauricio Macri? Es difícil comprender los vericuetos de la mente humana. ¿O será que no se valora el bienestar conseguido y ya nada conforma? ¿Se tendrá una memoria tan escuálida que ya se ha olvidado del infierno de donde venimos? Por primera vez en mucho tiempo recorremos un camino hacia el país soñado y, sin embargo, mucha gente que ha recibido importantes beneficios como nunca antes, no hacen de la gratitud su rasgo más elocuente, dejándose seducir por cantos de sirena, ignorando que como los Reyes Magos, las sirenas no existen, y si existen, no cantan . . .
La arremetida golpista del Grupo Clarín y sus sicarios no tiene dimensión ni cuantía. Ya no saben qué pescado podrido tirar, ni que infamia pergeñar. Enardecidos por no encontrarse entre los convocados por Cristina a la reunión en Río Gallegos, tratan de arrojar la mayor cantidad de detritos posible para contaminar el ambiente de pestilencias excrementicias. Sin embargo, festejan porque ya sienten que han tomado la Bastilla. Con sus alfiles y todos los peones de obediencia debida avanzan para capturar a la reina, o, cuanto mucho, expulsarla del tablero. Pero de tan excitados, se atolondran, se desorbitan y caen en la impudicia y lo obsceno. No obstante, algunos ingenuamente siguen confiando en la veracidad de esas burdas maniobras y repiten por ahí: “estamos aislados del mundo” y la realidad les responde que hoy Argentina es miembro pleno del G-20, donde están los 20 países más importantes del mundo.
 Por supuesto, toda esa carne puesta en el asador no tiene un fin altruista por cierto. Lejos de propender a un público cada vez más informado y apto para tomar decisiones, idiotizan al individuo hasta la alienación. Por ejemplo, la parafernalia mediática del monopolio Clarín a full, a lo largo y a lo ancho de todo el país, satura y demoniza a los funcionarios a los que acusa, procesa, juzga, sentencia y condena sin apelación. Excreta ponzoña hasta el hartazgo machacando que todo lo que piensan, dicen y hacen la Presidenta y su gabinete, siempre está irremediablemente mal, y si no lo está, merece estarlo. Desnudando su cipayismo crónico, se regodean y respaldan toda acción contra los intereses del país. Después de lo de Río Gallegos, ni se preocuparon en analizar los pormenores de una reunión histórica que involucraba por primera vez a los principales actores de la economía. No, la demonizaron con saña. Hasta el impresentable Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, -bien protegido siempre por la antropofagia opositora del duopolio Clarín-La Nación-, y que no seduce por su riqueza léxica ni por su exquisitez dialéctica precisamente, en su habitual farfullar inentendible se permitió cuestionar la comparación de algunas variables macroeconómicas mejores que las de Australia y Canadá. Pero, como ya es habitual, dijo no haber escuchado el discurso de la Presidente. ¿Para qué? si con los titulares de Clarín, y lo que le hace memorizar su maestro particular Durán Barba alcanza y sobra. Eso sí, entender lo que pretende decir, ya es otra cosa.
Con su limitadísima expresión oral octosilábica, usa y abusa de la mentira, algo que para él ya tiene rango de política de Estado. No obstante, entre tropezones lingüísticos de complicada legibilidad, -sería el terror de un traductor- ostenta un desmedido entusiasmo por unos números electorales que son una victoria pírrica porque fue derrotado, y de paso y por el mismo precio, se suma a la arremetida por el caso del hangar de LAN. Muy suelto de cuerpo, afirmó que Aerolíneas Argentinas está en su peor momento, reconfirmando su ignorancia sobre cualquier tema que amenace abordar. Siempre confunde lo que dice con lo que quiere decir. Sus ridículos dislates sólo llevan a concluir que toda libertad exige responsabilidad, sobre todo cuando quien habla, porta el utópico berretín de ser nada menos que presidente.
En realidad, Macri debería hacer como algunos jueces: declararse incompetente.
Obviando estas lamentables parrafadas, la Presidenta salió a poner los puntos sobre las íes, aunque sabe muy que de poco servirá. Unos seguirán tergiversando y los otros tergiversándose.  “Australia y Canadá son países que integran el G-20 y Argentina forma parte de ese organismo” explicó vía twitter y, por si hiciera falta, comentó que “comparar no significa igualar”. La comparación es un recurso retórico que sirve para reforzar un argumento. Como no le pareció pertinente una analogía con los países europeos que están padeciendo los efectos del terrorismo financiero, la realizó con dos naciones que parecen lejanas de la agenda informativa. Sólo utilizó algunos índices para desterrar los mitos que aparecen con forma de titulares catástrofe respecto a nuestras reservas, la balanza comercial y el crecimiento. Y lo hace con la sana intención de que las palabras lleguen sin distorsiones a los ciudadanos, aunque, como es habitual, muchos prefieren la droga adictiva que les inocula la garganta poderosa de la corporación monopólica como si fuera una experiencia religiosa.
Desde el miércoles 14 de agosto, cuando la Presidenta anunció la reunión “de titulares” en Río Gallegos, los medios hegemónico instalaron la idea de monólogo en lugar de diálogo. En realidad, las intenciones estaban muy lejos de la imposición que sospechaban los que siempre sospechan. Por el contrario, el Gobierno Nacional quería sincerar las bases de este proyecto y señalar algunas contradicciones que presenta parte del empresariado entre sus declaraciones a la prensa y sus dichos en privado. Todos los que se sumaron al histórico encuentro, destacaron la trascendencia del diálogo mantenido con La Presidenta y los funcionarios del Gobierno Nacional. Excepto algunos, como el empresario automotor Cristiano Ratazzi, un tenaz apologista del modelo destructivo de los noventa a pesar del desmesurado crecimiento de su sector en los últimos años, sobre ese punto de vista, o con su vista sobre el punto, disonó al mocionar la necesidad de una reducción drástica de los salarios, sin considerar que ese ajuste provocaría un duro achicamiento del mercado interno. Algo no muy difícil de entender, viniendo de una intencionalidad desagradecida y de ilimitada angurria.
Tanto empecinamiento detractor puede tener alguna explicación. Una de ellas se relaciona con la rapacidad de los buitres locales, esos que se creen dueños no sólo de los destinos, sino del país en su totalidad. Los pone locos que la recuperación de nuestra economía se esté concretando por un rumbo diferente al que ellos pretenden. También puede ser que, como el país ha crecido tanto en estos diez años, no ven la hora de tener vía libre para saquearlo a gusto. Como sea, en el medio estamos los ciudadanos que, cada tanto, nos convertimos en votantes. En esa pugna cada vez más habitual, el voto potencia nuestra voz. En esas circunstancias, no es conveniente dejar las convicciones en la puerta del cuarto oscuro y mucho menos la gratitud.
Mientras, allí está la corporación monopólica con sus sicarios mediáticos para descargar toda su artillería. Y, como manda el catecismo neoliberal, el golpismo se debe montar con ostentosas operaciones de prensa basadas en grandes titulares de tapa y con llamativos y machacantes zócalos al pie de la pantalla de su televisor señora.
Y uno que tiene sus argumentos en orden y en las gateras, se toma la libertad de parafrasear a Joaquín Sabina para denunciar que . . . Son la cofradía de la Santa Destitución.
Pero, a no dejarse engañar, no vienen sólo por Cristina, vienen por todos nosotros, como antes, como entonces, como siempre. . . ¡Ella es el obstáculo!


Opinión DelsioEvarGamboa