miércoles, 7 de diciembre de 2011

Cuando . . . “la realidad es la única verdad". Delsio Evar Gamboa


“Lean el Clarín, que pareciera que titula empeñado en hacerle perder la fe y la esperanza a los argentinos” -Raúl Alfonsín-

Opinión                                                                                               
Elecciones presidenciales 2011 . . .

Cuando . . . “la realidad es la única verdad”. 

 Delsio Evar Gamboa

La histórica frase de Juan D. Perón siempre cobra rigurosa actualidad, lo que demuestra que la historia no se repite, pero gusta de la coherencia . . .
Pruebas al canto: tras una saturación de anuncios apocalípticos, en los que se presagiaba la catástrofe que iba a azotar al país por culpa de la “dictadura K” que conduciría, inevitablemente, al descontento social y con ello al derrumbe de su gobierno . . . la hora señalada llegó.
Y para sorpresa de los aprendices de Nostradamus de utilería, que así excretaban sus viscerales e indisimulables deseos de ruina generalizada, tratando de sembrar el miedo y la desconfianza en la población, no sólo no hubo tal calamidad, sino que por el contrario, con el apabullante resultado, se exteriorizó la alegría de todo un pueblo que salió a la calle a festejar la reelección de un gobierno que, con muchos más logros que yerros, ha puesto de pie a un país que durante décadas tenía por costumbre arrodillarse. Y una nación entera y una Plaza de Mayo desbordantes como nunca, festejaron alborozadamente este nuevo triunfo de la democracia militante y participativa. La realidad, una vez más y a pesar de todo, mostró su verdad.
Es curioso, pero los augures de las tinieblas, cegados por el resentimiento y la frustración, nunca imaginaron que a quienes iba a envolver la tenebrosa oscuridad, era precisamente a ellos.
Así pudimos verificar que los pronosticadores seriales de lo irreal, por un lado el dispositivo multimediático, y por el otro en sintonía, Carrió, Bullrich, Duhalde, Solanas, y demás emperrados negadores a destajo de todo lo real, que anticipaban la inminente muerte por agotamiento del “modelo” de conducción del país y la caída del gobierno, ignoraban que la Parca Política, guadaña en ristre, se dirigía en su propia búsqueda, orientada nada menos que por la voz del pueblo que, como ya se sabe, dicen que es la voz de Dios.
Se autoengañaron pensando que su maridaje de conveniencia con los medios monopólicos de comunicación masiva, donde formaban parte del elenco estable con cama adentro, eran más que suficientes para tener pantalla propia, -con periodistas sumisos que, digan lo que digan, jamás  repreguntan- que les proveería de inmunidad y que, en consecuencia, perdurarían en la escena política argentina “per secula seculorum”. Desconocieron una regla infalible: se puede manipular la realidad, pero en algún momento ésta los pasa por encima.
¡Y así fue nomás! . . . No contaban con el abuso del voto a tasas chinas. Y hoy se encuentran frente a la ventanilla de lo real pagando sus onerosos costos.
Fueron incapaces de percibir que la sociedad argentina no es exactamente la misma desde unos pocos años ha, cuando los medios la informaban de todo, pero ella no se enteraba de nada . . .
No repararon que esa corporación poderosa con el Grupo Clarín a la cabeza, en virtud de su inocultable confrontación destituyente contra el gobierno -como lo hicieron con Raúl Alfonsín- ya no modelaba “a piacere” el pensamiento de gran parte de la ciudadanía.
Confiaron en que sus mentiras, mediante la distorsión del escenario, con las cuales a muchos le  formateaban el bocho, seguirían siendo asimiladas como verdades reveladas y con ello podrían debilitar -para derrocar- al gobierno mejor plebiscitado a partir del advenimiento de la democracia.
Tenían como antecedente la caída de Alfonsín. El ex presidente cuenta en su libro que en plena crisis de su gobierno en 1989, le pidió al capo de Clarín, -Héctor Magnetto- que lo jaqueaba desde el diario, que por favor lo dejara terminar su mandato. Éste le bajó el pulgar y lo obligó a renunciar seis meses antes que concluyera su período constitucional, convirtiéndolo así en un cadáver político.
Eso da una idea del poder de daño del Grupo Clarín. Téngase por sabido además, que desde los períodos presidenciales de seis años, con solamente un diario, no la parafernalia de medios que hoy maneja, su dogma político para con los gobiernos reza:los primeros dos años se les saca todo lo que se puede; los segundos dos años se les pega para seguir sacándoles y  los terceros dos años se los tumba, Ahí recomienza el ciclo” según el propio mandamás del monopolio.
En ese sentido, este gobierno no sólo no se dejó sacar, pegar, ni tumbar, sino que además se bancó más de 350 tapas en contra del diario de la hoy megacorporación granmediática, cuando la historia demuestra que ningún presidente soportó más de 4 tapas sin caer. Su férrea decisión política y capacidad de mando se impusieron. Y una apabullante mayoría, está festejando la derrota de la mentira y la maldad como modus operandi y el reverdecer de la esperanza.
Pero no una esperanza vana, utópica, sustentada en componentes mágicos o ilusorios. Por el contrario, la que se edifica sobre bases reales, que tiene su fundamento en un Proyecto con resultados innegables que están a la vista, que permitió reestablecer la perdida autoestima nacional, que posibilita visualizar la recobrada fe en nuestro país, que se exterioriza en la alegría de un pueblo, y lleva a soñar con los pies firmes sobre la tierra.
Una esperanza que murmurando a los oídos de una enorme multitud le dice: “hemos encontrado el rumbo ,no aflojen . . . ¡Vamos por más!”. Y cómo va a aflojar, si tanto costó hallarlo . . .
Además, y con los resultados electorales a la vista, es bueno aclarar que llamar “segundo” al FAP es sin dudas un lapsus del lenguaje: con 40 puntos de diferencia, no se puede hablar de segundo porque eso implicaría una contienda entre dos fuerzas relativamente parejas, por lo que tamaña ventaja, con el debido respeto, lo arrincona a Binner en el rol testimonial del pelotón de los últimos.
Por eso, dejemos a los aprendices de conspiradores extraviados en la senda de su egoísmo, dejemos que se difuminen en la oscuridad que ellos pregonan, dejemos que se los devoren sus propias profecías autocumplidas.
La ciudadanía por su parte, está decidida como lo ha demostrado, a seguir acompañado el Modelo para ir por más porque aún es mucho lo que falta y lo hará, como hoy, al ritmo musical y feliz de esa esperanza que, pese a las vicisitudes vividas hasta no hace mucho, jamás decayó. Ahora por fin encontró su cause.
Cómo no va a estar feliz entonces, si cuando mira hacia atrás, ve que los profetas del odio han quedado muy lejos y derrotados por el amor. Y el amor y la alegría de todos, es el canto que preanuncia un auspicioso futuro, siempre con una consigna irrenunciable . . .
¡Nunca menos, siempre más!!!

Laborde. Cba. Arg.

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