¡Cuando el poder del
amor sea más grande que el amor al poder . . . . el mundo conocerá la
paz!

Al
que compró el buzón de que la Argentina está a la deriva, sin rumbo, con la
economía exhausta, acaban de darle un cachetazo de realidad . . ., ningún país
en esa situación, puede tomar la decisión de seguir incluyendo y reduciendo la
desigualdad social como jamás se hizo antes . . . Si creía que “esto no va
más”, le volvieron a vender el mismo buzón que le ensartaron tantas veces. Lo
volvieron a engrupir . . . y van?
Debería recordar que de primeras veces está hecha la memoria . . . salvo que sea de los que ensucian las aguas para que parezcan profundas y rápido las cruzan los chanchos al trote.
A los dueños del privilegio, esos que ya nacen con la marca hereditaria del dogma neoliberal, -que no sirven para nada, salvo cuando sirven para algo-, no sólo les revuelve el estómago que se implementen políticas sociales de inclusión, sino también les duelen los 600 pesos que se les pagará a los jóvenes “hijos del neoliberalismo”, aunque en realidad son víctimas de ese flagelo. El problema más grave es que desde que se implementaron: el 6,6% del PBI para Educación, Minist. de Ciencia y Tecnología, Tecnópolis, Conectar Igualdad, repatriación de científicos, Fond. Tec. Arg., TDA, Becas, Prohuerta, Redes, Fopar, Remediar, Asig. por hijo, para embarazadas, tres millones de nuevos jubilados con dos aumentos por ley al año, las Netbooks, el Plan Procrear y ahora el Progresar, se les está “avivando el zonzaje” -como decía Jauretche-. Ya quedan pocos excluidos por lo que no obtendrán tan fácil mano de obra esclavizada o con salarios miserables y en negro. Les han hecho creer que un Estado está presente sólo cuando sale en cadena nacional. Piensan que eso es gobernar. La Presidenta nunca estuvo ausente y demostró que aunque no aparecía con beneficiosos anuncios como siempre, -jamás malas noticias como hacían los anteriores- no dejó de conducir este proyecto político. Sostienen que una política de Estado que le dará recursos a jóvenes con la obligación de que estudien, es sólo populismo. Para desmentirlos, la Unesco acaba de distinguir a la Argentina y Uruguay por ser los países más igualitarios en escolaridad e inclusión social de América del Sur.
Debería recordar que de primeras veces está hecha la memoria . . . salvo que sea de los que ensucian las aguas para que parezcan profundas y rápido las cruzan los chanchos al trote.
A los dueños del privilegio, esos que ya nacen con la marca hereditaria del dogma neoliberal, -que no sirven para nada, salvo cuando sirven para algo-, no sólo les revuelve el estómago que se implementen políticas sociales de inclusión, sino también les duelen los 600 pesos que se les pagará a los jóvenes “hijos del neoliberalismo”, aunque en realidad son víctimas de ese flagelo. El problema más grave es que desde que se implementaron: el 6,6% del PBI para Educación, Minist. de Ciencia y Tecnología, Tecnópolis, Conectar Igualdad, repatriación de científicos, Fond. Tec. Arg., TDA, Becas, Prohuerta, Redes, Fopar, Remediar, Asig. por hijo, para embarazadas, tres millones de nuevos jubilados con dos aumentos por ley al año, las Netbooks, el Plan Procrear y ahora el Progresar, se les está “avivando el zonzaje” -como decía Jauretche-. Ya quedan pocos excluidos por lo que no obtendrán tan fácil mano de obra esclavizada o con salarios miserables y en negro. Les han hecho creer que un Estado está presente sólo cuando sale en cadena nacional. Piensan que eso es gobernar. La Presidenta nunca estuvo ausente y demostró que aunque no aparecía con beneficiosos anuncios como siempre, -jamás malas noticias como hacían los anteriores- no dejó de conducir este proyecto político. Sostienen que una política de Estado que le dará recursos a jóvenes con la obligación de que estudien, es sólo populismo. Para desmentirlos, la Unesco acaba de distinguir a la Argentina y Uruguay por ser los países más igualitarios en escolaridad e inclusión social de América del Sur.
Pero nada dicen de
los especuladores que con el Grupo Clarín a la cabeza -en represalia por la ley
de medios- intentaron desestabilizar al gobierno fogoneando el mercado
cambiario como antes lo hicieran con Raúl Alfonsín. Con esa intención, la
petrolera Shell y tres Bancos, impulsaron una compra de seis millones y
medio de dólares a un precio muy superior a la cotización del momento. Queda
claro entonces que el poder económico ya dejó de lado las sutilezas y está
decidido a todo, llevando la maldad al paroxismo de la bajeza humana. No
estaba equivocado Néstor Kirchner cuando en marzo de 2005 pidió a los
argentinos que “no le compren ni una lata de aceite” a Shell. También lo
intentan las empresas alimenticias monopólicas formadoras de precios, que, con
“nuevo” packing, violan el acuerdo firmado para aumentar hasta un 180% el
mismo producto, burlándose descaradamente del consumidor. Sin olvidar la
sedición policial. Son productos de un combo conspirador contra la
democracia. Lo mismo está pasando en Brasil, Rusia, Sudáfrica, Turquía y en
Asia. Como se ve, todo tiene que ver con todo.
En ese contexto, debemos leer entre líneas lo
que algunos “economistas” del establishment vienen planteando, sobre que la
cuestión de fondo no es el dólar ni el cepo o la inflación. No nos equivoquemos:
a la corporación económico-financiera no le interesa si sube el precio del pan,
la leche o el tomate, sino el ajuste del “gasto social”: eliminación de
subsidios, liberación de tarifas, congelamiento de salarios, jubilaciones,
asignación por hijo y todo beneficio logrado. Como antes, más que antes,
más que siempre.
Pero, una vez más, el gobierno
reaccionó rápido ante las presiones corporativas y articuló las herramientas
necesarias para frenar la voracidad de los sectores que históricamente se han
enriquecido a partir del esfuerzo de los argentinos. El kirchnerismo es el
único que les ha puesto nombre y apellido a los verdugos del país.
Por más poder que
tengan, hoy están en boca de todos y desnudos hasta los tobillos.
Por otro lado, es
probable que ninguno de los beneficiarios del Plan Progresar tenga que comprar
un libro porque ese Estado que creen ausente, ha inundado todas las escuelas
con millones de ejemplares. Además recibirán netbooks con lo que podrán acceder
a bibliotecas virtuales. Muchos trabajan, pero tienen dificultades para
obtener empleos formales porque son la mano de obra más barata y negreada del
país. Allí es dónde esta medida es indiscutible. Les da la
posibilidad de acceder a una formación técnica o profesional, o a una
ocupación digna. A eso hay que sumarle que este programa no sólo les exige que
tienen que acreditar que están estudiando, sino también un control médico
anual. O sea, el Estado está garantizando educación y salud para un universo de
un millón y medio de jóvenes. Es de necios minimizarlo con la falacia que eso
es demagogia. Pero
si TN lo afirma y lo reafirma durante las 24 hs . . . ya lo será.
Hasta que los despabile la presión insoportable de la realidad, que ya se sabe,
es la única verdad.
En este marco, con el Estado nacional
articulando cadenas de valor, acotando las expectativas inflacionarias y
favoreciendo mayores niveles de desarrollo social, hay que ubicar lo ocurrido
con el dólar semanas atrás.
Las transformaciones
políticas, económicas, sociales y culturales llevadas adelante, han cambiado el
corazón de la Argentina moderna y nadie podrá discutir que esta sociedad es hoy
mucho más justa, más igualitaria, más defensora de los derechos colectivos e
individuales que una década atrás. Algo que nadie imaginaba. Pero todo eso no
hubiera sido posible, si el marco simbólico en que se llevaron adelante no
hubieran sido la política de derechos humanos, la de memoria, verdad, y
justicia y la inflexibilidad para sostener un nuevo umbral sobre valores
democráticos para los 40 millones de argentinos.
Hay grandes necesidades que se están cubriendo.
No se puede desatender esa sensible problemática social. Y
quienes le exigen perfección en todo al
gobierno, deberían saber que un proyecto de país jamás será
perfecto porque está en permanente construcción . . .
Los que a pesar de eso desprecian las
políticas públicas hacia los sectores más vulnerables, sobre todo a ese
segmento de juventud caracterizado como ni-ni porque no estudian ni trabajan,
tendrían que dejar de lado sus absurdos prejuicios y darse cuenta que los ni-ni
no lo son por decisión propia, sino por imposición de injustas circunstancias
sociales. Al estigmatizarlos, dan por sabido que sólo ellos
eligieron nacer en hogares bien constituidos con padres que los alimentaron y
los educaron. Privilegio que muchísima gente no tuvo y nació donde le tocó en
suerte. Uno los quisiera ver en la situación de esos jóvenes sobrellevando,
además de la pobreza, un mandato cultural de discriminación y exclusión, a ver
qué clase de vida llevarían y si no sería peor que la que tanto
desprecian. Es muy fácil hablar desde la seguridad de un entorno social de
nivel medio o alto, acostumbrados al consumismo histérico y con la
comodidad de tener todas las necesidades cubiertas, por más que éstas hayan
sido conseguidas con trabajo y sacrificio.
No se debe partir siempre del sectario
supuesto de que el otro es vago, ladrón, o criminal, cultivando así, ese
espíritu de servil mucamo de casa rica que odia a los enemigos de su patrón.
DelsioEvarGamboa